Tenemos tres tipos de vellos en nuestro cuerpo, y sí, todos están allí para cumplir funciones naturales específicas, difieren en tamaño y grosor, pero todos están allí como barrera protectora literalmente contra todo. Estos son:
Vello facial: Cubre toda la cara y tiene mayor presencia en nuestras cejas, pestañas, patillas, bigote y barba.
Vello corporal: El que recorre toda la capa de nuestra piel, excepto las palmas de las manos y la planta de los pies.
Vello púbico: Están agrupados principalmente en la línea alba, monte de Venus, entrepiernas, vulva y ano.
Así que… contextualicémonos un poco. Desde la antigüedad los humanos hemos intentado removerlos por diferentes razones, veamos: En la edad de piedra, tanto mujeres como hombres afilaban sus piedras para quitarlos, ya que en esta época no existían cuidados al rededor del cabello y mucho menos del vello corporal, estos simplemente crecían por montones, así que representaban una gran fuente de malos olores, piojos y ácaros. Más adelante en la sociedad egipcia, eliminaban sus vellos principalmente por las altas temperaturas, pero hacerlo indicaba un mayor nivel de civilización, el cual era practicado también por ambos sexos. Después en el imperio romano, la depilación era tomada como un tema de clase e higiene personal, y desde aquí, por primera vez en la historia se comienza a hacer distinción entre las Mujeres que se depilaban y las que no. Más tarde en la época del renacimiento se creó una norma social sólo para Mujeres, donde era necesario depilarse el vello facial para poder encajar en el modelo femenino ideal que proponía la sociedad, y claro, muchas mujeres la seguían. Luego comenzando el año 1900, el vestuario femenino comenzó a ser transformado y aquí las mujeres llevaban ropas que exponían las axilas y los brazos, así que el vello de estas zonas también debía ser eliminado, su razón principal para hacerlo era netamente estética.
En pocos años, el vello corporal femenino era terriblemente visto por la sociedad, tener una piel completamente lisa y tersa era el deber ser. Pero ¿por qué las Mujeres decidían que depilarse era lo correcto? En 1915 Gilette lanzó la primer cuchilla para Mujeres, ésta prometía eliminar la “humillante mata de vello en el cuerpo”, a este discurso se le sumaron otras compañías de productos de belleza y depilación, con este argumento buscaban erradicar el vello corporal femenino, por medio de campañas de productos de toda clase, precios, tiempo de duración y nivel de dolor.
Y así entramos al siglo XXI, nuestra época, en el cual algunas Mujeres nos depilamos porque los vellos nos estorban, nos pican, o por que así lo deseamos, algunas lo dejamos crecer libremente y a veces lo podamos o simplemente no lo hacemos. Pero el pensar que removerlo es más atractivo e higiénico es algo que nos debemos cuestionar.
La decisión de seguir eliminando definitivamente el vello corporal, provoca el fortalecimiento de dicha industria, en la cual nosotras hemos sido patrocinadoras del desarrollo de todo tipo de métodos de depilación, entre los que están la venta de cuchillas, bandas depilatorias, procedimientos con cera, láser parcial, láser definitivo y cada vez se inventan más, a esto también lo acompañan los productos de limpieza, hidratación, exfoliación y desinfección que incluyen en el proceso, toallas, palillos, esterilizantes, geles, cremas y todo lo que se te ocurra que sirva. Por eso entre mas definitivo el proceso, más costoso.
¿Te has preguntado porqué lo hiciste la primera vez? ¿Sabes qué consecuencias tienes al hacerlo?
Debemos saber que cada vez que nos depilamos estamos interrumpiendo un proceso netamente biológico, lo vellos permiten que nuestra piel esté contacto con el medio, ya que son receptores de estímulos y sensaciones, se encargan de regular la temperatura de la zona, absorben nutrientes, actúan como barrera contra virus, bacterias y enfermedades. Los vellos protegen las partes mas sensibles de nuestro cuerpo, los ojos, los oídos, las fosas nasales, las axilas, los pezones, la vulva y el ano. Cada vello está donde está por que tiene una función específica, por eso cuando se elimina, obviamente vuelve a crecer.
Es sencillo saberlo, pero es un poco difícil entender su raíz y de verdad hacer algo al respecto, la mayoría de mujeres hoy nos depilamos por costumbre, por apariencia, por estética o por mil razones más, aún sabiendo las consecuencias lo seguimos haciendo, de hecho hay una influencia cultural masculina muy arraigada aquí. Para algunas personas, es más atractivo que la Mujer esté completamente depilada, ya que este acto “supone” que ella se preparó para su pareja, es una forma de asociarla con su “virginidad y pureza”. Y sí, hay hombres y hay mujeres que lo piensan así, pero lo que este acto realmente supone es una completa infantilización de la Mujer, por que cuando una Mujer alcanza su madurez, es cuando más presencia de vello corporal tiene.
Uno de los factores más influyentes, ha sido el porno, principalmente heteronormativo, donde hombres llenos de vellos cortejan a sus parejas completamente lampiñas, y nos hacen creer que así deberíamos vernos, pero debemos saber que el vello durante el sexo protege los genitales, previene la foliculitis y disminuye el riesgo de padecer enfermedades sexuales.
La vergüenza y el pudor hacia la naturalidad de nuestro cuerpo, no pueden seguir siendo la razón por la cual nos depilemos, nos hemos hecho expertas haciéndolo durante años, nosotras mismas hemos decidido qué tipo de pelo se ve bien y qué vello se ve mal, pero lo cierto es que la decisión de hacerlo radica en la violencia estética de la que hemos sido víctimas durante todo este tiempo. La depilación es un tema muy íntimo y personal, lo más importante es hacerlo de manera consciente, tener vello corporal, tenerlo de manera parcial o no tenerlo debe ser siempre una decisión propia.
Dejarlo crecer es dejarte 𝑭𝒍𝒐𝒓𝒆𝑺𝒆𝒓 𑁍
Gracias por llegar hasta acá ♡
Ahora cuéntanos si te has cuestionado el por qué nos depilamos y cuál ha sido tu proceso.